Jornada de Promoción Turística de Villaverde de Guadalimar

ORGANIZA: Ayuntamiento de Villaverde de Guadalimar y Ecortijo COLABORA: Centro Excursionista de Albacete
MEMORIA: Antonio Matea Martínez


Villaverde de Guadalimar es una bonita población que se encuentra situada
al suroeste de la provincia de Albacete, en los límites de la Sierra de Alcaraz, a
poco más de 120 kilómetros de la capital. Por Villapalacios, Bienservida y el puerto
del Bellotar llegaremos a esta localidad enclavada en un fértil valle regado por el
río Guadalimar y resguardada de los vientos por las altas paredes del Padrón y la
Sarga al norte, el Padroncillo al este, el Cambrón al oeste y el Calar del Mundo al
sur.Desde esta población podemos hacer numerosas excursiones que nos van
a sorprender por la increíble belleza de su paisaje serrano, como la subida al
monte Padroncillo por la Venta de Mendoza. Desde los 1586 metros de su cima
tendremos una extraordinaria panorámica de toda la sierra y con suerte, al
atardecer, podremos sorprender a la cabra montés pastando cerca de la caseta
forestal que aquí existe.
Pero interesante sobre todo es el recorrido por el arroyo del Tejo, uno de los
arroyos que después formará el río Guadalimar, siguiendo una pista forestal que
llega hasta casi su nacimiento, entre el Padrón y la Sarga. Antiguamente en esta
zona había auténticas selvas de carrascas, robles y pinos que eran muy difíciles
de atravesar; pero con el paso de los años la arboleda se fue reduciendo, sobre
todo cuando el gobierno autorizó a roturar los bosques para transformarlos en
campos de cultivo.
Cerca de este arroyo del Tejo, a pie de Las Morricas, fue muerto por la
Guardia Civil Francisco Ríos González, más conocido como Pernales, el 31 de
agosto de 1907, con cuya muerte se convirtió en una auténtica leyenda en la
Sierra de Alcaraz. El Centro Excursionista de Albacete, con el fin de dar a conocer
esta leyenda entre todas aquellas gentes que quieran conocerla, creó hace ya casi
cinco años la Ruta del Pernales, intentando dar a conocer también con ella la
historia, paisajes y demás recursos turísticos de Villaverde de Guadalimar.
Con este fin también, intentando promocionar turísticamente el municipio de
Villaverde de Guadalimar, el Ayuntamiento de esta localidad, con la valiosa
colaboración de Javier Márquez, organizó una jornada de promoción turística el
pasado sábado día 27 de junio. A esta jornada el Ayuntamiento invitó
amablemente al Centro Excursionista de Albacete a participar, ofreciendo una
degustación de la gastronomía serrana, en el que el plato estrella eran las migas.

El plato principal de la
jornada, que ha dado nombre a
una importante ruta en Villaverde
de Guadalimar, fue la leyenda del
Pernales, sobre cuya figura no
vamos a polemizar sobre si es o no
es legítimo usar su memoria y
recuerdo para realizar cualquier
tipo de evento cultural o deportivo.
Con este fin, todos los participantes
en esta jornada, tanto los
procedentes de Centro Excursionista,


como los de Villaverde de Guadalimar y los pueblos cercanos,
emprendieron una marcha Senderista hasta la Cruz del Pernales, lugar
donde fue abatido el célebre bandido, cuando iba acompañado por su camarada
de correrías, Antonio Jiménez Rodríguez, el Niño de Arahal. Desde aquel trágico
día se le recuerda con cariño por estas sierras y el arraigo de su leyenda merece
ser utilizado como un importante recurso turístico por esta villa del Guadalimar.

La andadura del grupo, a cuya cabeza iba el propio alcalde de Villaverde de
Guadalimar, Antonio Peinado, comenzó desde el bar-pensión Guadalimar. Desde
allí todos los participantes se introdujeron por las estrechas callejas de este
hermoso pueblo, pasando por el edificio que albergó a la antigua fonda y el que
albergará en un futuro esperemos que no muy lejano, el Museo del Pernales.

Se abandonó Villaverde
por la pista forestal del arroyo
del Tejo, que pasa muy cerca
de donde se situaba el viejo
convento de los Franciscanos,
sobre cuya destrucción
corre una antigua leyenda.
Según cuentan había un
soldado en África haciendo el
servicio militar que era de
Villaverde del Guadalimar.
Este soldado encontró en
cierta ocasión a un moro con
un plano en la mano de su
pueblo, Villaverde, en el que
había representado un tesoro
escondido, que compró al
moro por unas monedas.

Impaciente por descubrir si era cierta la historia del tesoro, escribió a su
madre contándole donde estaba escondido, pero ésta, que no sabía leer se dirigió
al alcalde para que se la leyese. El alcalde leyó la carta pero sin mencionarle para
nada el tesoro, y posteriormente se dirigió al convento de los Franciscanos, lugar
indicado por la carta donde estaba oculto. Éste consistía en un montón de barricas
de oro que se guardó para sí sin decirlo a nadie. Años más tarde otro alcalde, que
se había enterado de la fortuna de su predecesor, derribó lo que quedaba del
convento con la esperanza de encontrar otro tesoro, pero esta vez sin éxito
alguno. Y es que la fiebre repentina de la búsqueda de tesoros no solamente vino
por el hallazgo del oro del convento, sino por la aparición también de unas
monedas donde hoy se encuentra la Casa de la Cultura.

Tras seguir juntos todos los participantes en esta jornada de
promoción turística de Villaverde de Guadalimar, por la pista
foresta del arroyo del Tejo hasta la fuente del barranco del
Santillo, el grupo se dividió en dos. Algunos participantes, con
Antonio Peinado a la cabeza, penetraron por el barranco del Santillo
y el resto siguieron por la pista arriba hasta el Prado de la Rosinda.
En este lugar hay indicaciones muy claras hasta llegar a la Cruz del
Pernales, que el Ayuntamiento de Villaverde se ha encargado de
poner para facilitar el acceso a todos los visitantes.
Sólo hay que seguir una senda que en poco menos de un cuarto
de hora nos llevará hasta este hermoso y emblemático lugar, lugar
de leyenda y fantasía, en el que cada cual puede imaginarse al
guardia Andrés Segovia y al cabo Calixto Villaescusa, ambos
miembros de la Benemérita, parapetados tras unos peñascos con
sus fusiles dispuestos a hacer fuego a los bandidos.
–¡Alto a la Guardia Civil! –Dijo el cabo Villaescusa. Pero
Pernales en lugar de amedrentarse dio ánimos al Niño:
–Vamos por ellos Niño –dijo.
Una cerrada descarga atronó por toda la sierra haciendo
callar por unos instantes a todos sus habitantes. Pernales cayo "en
redondo" con un balazo en la ingle; el guardia Segovia había acabado
con sus días. El Niño se tiró al suelo y se "confrentó" contra los
guardias con su escopeta de un solo cañón modelo "La Fosé", y con
un alambre atado a la garganta detrás del perrillo.
Pero al ver que Pernales había caído se dio a la fuga por el
barranco del Santillo. Pero en vez de seguir barranco abajo volvió a
aparecer para subir a lo alto de la montaña. En ese momento venía
el teniente Haro con los guardias Codina y Morcillo.
–Codina, Codina, dispara que se escapa –dijeron al guardia.
–Tranquilo, tranquilo que ya volverá –dijo éste. Y
efectivamente volvió a aparecer y cogiendo su fusil apunto y
disparo. El bandido abrió los brazos y cayo muerto.
Era el 31 de agosto de 1907, a las dos de la tarde,
aproximadamente, como así certificó más tarde el juez municipal de
Alcaraz. La Guardia Civil había puesto fin a la vida del bandido, pero
con su muerte nacía una leyenda: la leyenda del bandido generoso,
que robaba a los ricos para dar a los pobres, una leyenda que es
patrimonio de Villaverde de Guadalimar y de toda la sierra.
Desde la Cruz del Pernales se bajó hasta el caserío de El Mesegar, donde
el guarda, Valentín, enseñó amablemente la finca a los participantes, a quienes
invitó amablemente a volver siempre que quisieran. Desde allí se partió de nuevo
hacia Villaverde, adonde se llegó sedientos y con prestas ganas de degustar las
viandas que ofreció el Ayuntamiento del pueblo.

Aparte de las migas, hay que citar la pipirrana, las morcillas, los chorizos y
el lomo de orza, que aderezaron y prepararon en la pensión Guadalimar, que
dejaron plenamente satisfechos a los participantes. Es menester citar en este
punto que esta pensión y restaurante Guadalimar está regentada por Eduardo y
su cuñado Esteban, donde ofrecen las comidas típicas de la sierra, como las
gachasmigas, galianos, andrajos, ajo arriero, la olla, las migas y el ajopringue.
No quisiera olvidar de citar la camiseta que se regaló a los participantes y
un librillo elaborado por Javier Márquez, que lleva el nombre de “La Ruta de El
Pernales, una ruta con historia en plena naturaleza”, que está a disposición de
cualquier interesado en el Ayuntamiento de Villaverde de Guadalimar.

LA LOLA Y LOS DEMÁS PARTICIPANTES
JAVIER MÁRQUEZ
ANTONIO PEINADO